El frío entumecía mi cuerpo abrigado por el sol de los
viernes.
Y, yo... buscando sobre el viento, quería ser septiembre, con todas sus preguntas quemadas, con sus hojas bien pisadas...
Huye el tiempo, pero, no huye la pena que no tiene palabras donde apoyarse que la convenzan.
De pactar con la nostalgia, mi piel se llena de espinas.
Y, yo... buscando sobre el viento, quería ser septiembre, con todas sus preguntas quemadas, con sus hojas bien pisadas...
Huye el tiempo, pero, no huye la pena que no tiene palabras donde apoyarse que la convenzan.
De pactar con la nostalgia, mi piel se llena de espinas.
¿Qué me regala la vida? Quizás más labios a solas...?
Sólo son cosas mías
2 comentarios:
La vida mitad sonrisa, mitad lágrimas, el regalo es la opción de elegir aparcar el camino en un camino u otro.
Un besito
me gusta el sol de cualquier día pero el de los viernes, sí, ese es mucho mejor, previo al fin de semana... la paz del hogar.
la pena, si se quiere, al final siempre tiene en quién apoyarse, la solidaridad existe.
pero entiendo de rosas y espinas, aunque mi piel ahora sólo se llene de olor a naranja recién pelada.
es un hermoso poema, aunque como casi siempre, triste.
biquiños,
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