Desde
mis días te
despido.
Me
voy por la vida con tus cenizas.
Quedan
tus pisadas esquivas
donde
nacen las
lilas.
En
el tacto de
una piedra.
En
la placidez de
la tarde.
Donde
tú regresaste aquel
día.
Donde
quise escribir un poema.
Dejaste
escrito tu
silencio
en
los surcos de
mis manos.
Donde
prometiste un regreso
y
pusiste un poco
de vida.
El
tiempo, rompe el mismo
tiempo,
haciendo
hilos en el medio del
bosque.
Las
piedras dejaron surcos en los ríos,
y
regresé para borrarlos.
Sólo son cosas mías