Trato de recordar tus ojos,
y como escribiste
en mi piel con tus dedos.
Tú fuiste mi primer pecado.
Instante sagrado
a la sombra del engaño.
Ya pasó el aniversario.
Se cubrió de sombras la mesa
donde compartimos
el pan del deseo.
Te pienso en silencio.
Humedezco mis labios en lo ilícito,
con el mismo vino
que nos embriagó en deseo.
Melancolía de un sueño
que se perdió entre mis manos.
Temblaste entre mi cuerpo
como almohada de hojas
¡Cuantas noches te pienso en silencio…!
El tiempo acerca los recuerdos,
aunque las palabras se cierren.
No fuimos inocentes
cuando naufragamos en el deseo
y te meciste en mi vientre.
Mi vida la cambió tu beso,
era el primero…
y te volviste de piedra.
Tu recuerdo es inmenso.
Sigo buscando tus besos muertos.
Sólo son cosas mías