El tiempo

Para nada sirven las lágrimas
cuando es ley de vida.
El dolor no tiene edad.
Mi llanto va a ser eterno
Nunca mis ojos de llorar se hartaran,
mis lágrimas serán tu epitafio
Contigo se va mi historia,
en el reloj de la vida,
no podemos escapar del tiempo.
Ya no pongo resistencia...

"Coged de vuestra alegre primavera / el dulce fruto antes que el tiempo airado / cubra
de nieve la hermosa cumbre" - y que se fije en el tiempo contra el tiempo fugaz, cuya
característica esencial - la del cambio "Marchitará la rosa el viento alado / todo lo mudará la edad ligera / por no hacer mudanza en su costumbre."

(Cervantes)
El dolor es eterno,
aunque quede la esperanza del tiempo
que cura .
El tiempo descrece,
y llego a un mundo de sentir más sereno
las flores no se agostan, la tierra no se vuelve yerma.
No es más que una noche eterna
Es implacable el tiempo
que triunfa sobre el amor.
Ayer tuve miedo.
Pero… ayer estaba muerta.
Hoy decido seguir viviendo

"El dolor envejece más que el tiempo,

este dolor dolor que no se acaba,

y que te duele todo todo todo sin dolerte en el cuerpo nada nada.
A tantos días de dolor se muere uno,

ni la vida se va, ni el corazón se para,

es el dolor acumulado el que,

cuando no lo soportas, él te aplasta.
Mi accidente será un buen epitafio:

Cuando una calle bajo el sol cruzaba,

de dolor - o de amor - es lo mismo,

murió desbaratada."

(Gloria Fuertes)


Todo mi dolor no es más que el dolor del tiempo
Me queda su olor, el mismo olor que formó mis sueños
No tengo otra opción; no tengo más que una lágrima
que no acaba, porque es el dolor del alma.

Sólo son cosas mías…

A mi socio de la vida

Hoy te dedico mis letras
Tú que siempre estás
¡Amigo¡
Desde donde la vida nos dio su mano
cuando no éramos más que dos niños
¡Somos amigos!

No necesitamos las manos,
ni compartir una cama, si
nuestras almas caminan unidas.
Hemos vencido el desafío
Somos amantes, amantes de la vida.
Somos la misma palma de una mano
Hemos demostrado que es posible.
La realidad ya no es lo que es
sino lo que se nombra.
Cuantas más veces se nombra, más real es.
es la razón de dos vidas compartidas.
Puse mi mundo en tus manos; si te mueves yo me caigo.
A tu lado contemplo las estrellas
y disfruto de mi destino.
Vivimos una historia
de dos vidas compartidas.
A tu lado nada sale mal,
la tierra tiene luz.
Tú mano y yo somos una.
El éxito es conseguir lo que se quiere
y la felicidad es querer
lo que se ha conseguido.
El hecho, es equilibrio entre ambos
de los logros conseguidos.
Vivimos liberados
desde el día al ocaso,
manteniendo la palabra.
Siempre triunfará la luz
aunque estemos en lo oscuro.
Siempre ese "Imán"
de lo presentido,
pero apenas explicado
unirá nuestras manos.

Sólo son cosas mías...

Tarde fría

Sentada en tu mesa,
ya no me miras.
No levantas tu mano,
para darme caricias,
ya… no las necesitas.
Se pierde tu mirada en las tardes frías.
Está llegando el día,
de tu partida.
Con tu libro en la mano,
Ya no me miras.
Ilumina tu cara la luz de la ventana,
sentada en tu silla.
La estas esperando, madre.
Ella te pone fría.
No quiero que sufras.
No quiero tu partida.
Aunque sé que la vida,
se va de tu orilla.
Ya no me miras madre…
Ya… no me miras.

Sólo son cosas mías…

Rula

Ayer lleve a mi perrita Rula al veterinario: Se hacia pis por toda la casa, sin respetar es espacio alguno. Consulté en un foro de yorkis donde me aconsejaron le hicieran pruebas para descartar problemas renales.

Sabéis… desde hace cinco meses que Rula llegó a casa todos somos más felices. Al principio fue un disgusto, no me gustaban los perros y a mi “socio” mucho menos.
Mi hijo Manuel la adopto de sorpresa y como no dispone de tiempo para cuidarla, nos regalo el titulo de “abuelos” de Rula.
Los primeros días fueron duros, me lavaba tanto y tantas veces las manos que se me hizo un ezema. De verdad que me daba asco tocarla.
Poco a poco se fue ganando nuestro cariño a base de lametones (besos). Es juguetona.

Mi casa ha recuperado cierto desorden, juguetes por todas partes, tropezones por el pasillo con su pelota que me recuerda cuando mis hijos eran niños.
Se sienta aquí mismo, en donde estoy ahora escribiendo en la parte que me sobra entre el respaldo de mi silla y mi espalda, las dos nos damos calorcito mutuamente.


Volviendo al principio de este escrito, os diré que los perros también lloran en silencio. Después de hacerle un buen numero de pruebas en la clínica veterinaria, de regreso a casa, acurrucadita en mis brazos (Es muy pequeñita pesa dos kilos y pico) noté humedad en mis manos, mi “socio” y yo nos miramos sorprendidos, Rula, mi Ruliña, estaba llorando en silencio, tenia muy mojado el hocico, sus ojos desprendían lágrimas,
le habían hecho daño.
Podéis figuraros, la ternura que brotó de nosotros, cuanto la mimamos para borrarle las lágrimas.
¡Si Rula pudiese hablar…!

No hace mucho, me parecía un “pecado” ver a personas con sus perros dándoles todo tipo de lujos, cuando en el mundo hay seres humanos que necesitan tanto.
Hoy puedo comprenderlo. Rula me ha dado mucho más que yo a ella. Me ha ayudado a salir de un infierno en el estaba metida desde hace mas de un año, del hoy aun estoy en tratamiento. Ahora comprendo ese mundo tan desconocido de los animales de compañía, y sin intentar humanizarla comparte nuestra vida.

Podría contar tanto de Rula que… este post se haría demasiado extenso. Su mundo es un mundo de detalles de amor para las personas que tanto la queremos.
Rula puede estar segura que no escatimaremos nada que la pueda hacer feliz, para que mueva su rabito y sus orejas erguidas demostrándonos con ello su contento.

Sólo son cosas mías…

Atrás

Dejar atrás puede ser olvido. Tal vez porque fue pasado imperfecto, lo dejo a tu lección. He descubierto que tengo amigos donde no creía tenerlos, y he descubierto que aquellos que yo creía mis amigos… realmente… no lo son.
En mi mente quedaron fijadas las letras que leí esta noche pasada
“Poseemos coordenadas imprecisas de tiempo y espacio: es un anochecer, lo que en cierta manera nos anticipa el final, porque siempre relacionamos la noche con el mal, la falta de vida y la luz con lo opuesto.”
(Carmen Goimil Peluffo)

Hurgar en las heridas no quiero, pero, cuando veo, no puedo más que pensar y quebrar el silencio
masticando recuerdos, arañando sombras desde la inocencia perdida en la agonía de mis versos.

Yo también busco la paz, maldiciendo tu nombre sin lágrimas, por alguien que no supo ser amigo.
De verdad te cuento que me he ido a recomponer mi puzzle con todas sus piezas sin esquinas.
Se me congelaron los besos. ¡Como duele! Descubrir que tú no eras… ausentarme de ti.

Dejo calladas palabras y como el tiempo me voy para siempre. Te hablo para callar lo andado, para desandar… para borrar las pisadas de nuestro tiempo.

“El hoy y el ayer. Se nos ha roto”

Solo son cosas mías…

Una luz

Era una tarde repetida. Cuando un color, una luz y un olor se unen para hacernos revivir momentos de nuestras vidas, se repiten las horas ya vividas. Es la maquina del tiempo que está alojada en nuestro cerebro y nos traslada al pasado.
Hace calor, las piedras, desde su memoria me reconocieron, recogiendo mi recuerdo.
No estaba sola, ellas me trasmitían el único momento vivido a su lado.
Sentada mirando el rió a la sombra de los robles centenarios y carballos nutridos por el rió, alisos sembrados entre lagunas. Estampa de color adherida a mi retina.
He buscado su estela, en la tranquilidad de la tarde, de un sol que logra abrirse paso entre las hojas.

Fueron testigos el milano negro, el águila caudal, el halcón abejero, el gavilán, el autillo o el cárabo. La salamandra rabilarga; fresnos y algún avellano de gran porte y edad. Molinos y otros elementos ligados al agua que caminan sobre las raíces de mi pasado.

Evocadores paisajes, que se ven surcados por innumerables y saltarines arroyos, poniendo una pincelada de plata como contraste a un verdor esplendoroso, o dando vida a estáticos paisajes de atractivos roquedos de penedos, o peñascos con tan suaves y labradas formas que se nos acogieron en aquella tarde.

Auténtica sinfonía de sonidos resultando grandiosos en la quietud y silencio. Melodía de mi regreso a mi mundo animado.
Allí sentada en la piedra creí estar viviendo un retroceso al pasado.

Te volviste sobrenatural. Me quede embelesada. De repente resurgiste del agua entre espuma blanca. Tu cuerpo era transparente.
Sentí un peso y una presión tremenda sobre mi misma. Eras uno de esos duendes que se mueven junto a los seres humanos y se entretiene en hacer desaparecer las cosas que éstos tienen a mano, que quiebran los encantamientos y encuentran de una vez, en grado sumo, la fortuna, el amor y la belleza. Te paseas con tu melancolía en las soledades de bosque; te apareces de vez en cuando a los que penetran en lo más enmarañado del bosque, para enseñarles el camino de vuelta.

Abrí los ojos, el trémulo sonido de las hojas, las gotas del llanto de la lluvia,
la inconstancia del viento, desviaron mi atención al presente.

Sólo son cosas mías…

Miradas

Hay miradas que hablan más que las palabras.
Las hay que no tienen avance ni retroceso.
Hay momentos de caminar a otros lugares.
Los hay para dejar lo que duele.

Hay miradas que hacen nacer la fortaleza
Las hay que hacen comprender por qué sucede
para que ningún suceso te derribe.

Del dolor de una mirada nace la oportunidad
y la fortaleza que no se creía poseer.
Las hay… adrede…

Hay miradas que hablan de la locura del hombre
que siempre implican consecuencias
Las hay que traspasan los limites.

Hay miradas que llevan al infierno
Las hay que se cubren de buenas intenciones
y hacen tropezar en la misma piedra,
aunque un día… hacen elegir otro camino.

Hay un lenguaje desnudo
que hace perder todas reglas,
que modifica los valores.

Hay miradas que provocan
adioses prematuros
Las hay como cañones que destruyen.

Hay miradas que llenan el vaso medio.
Las hay qué… perdiéndolas se gana
aunque el dolor traspase.

Sólo son cosas mías…