lunes, 27 de diciembre de 2010

Regresaré

Te esperaré, amor, mientras viva el tiempo.
Te esperaré en aquel atardecer en que secuestraste mi corazón,
en donde el cielo está más alto.
Te esperaré en la añoranza de ti.

Regresaremos al árbol para abrigar sus raíces con pétalos de rosas.
Purificaré tu cuerpo con el mismo vino cortando tu aliento.
Regresaré, amor, mientras no te vayas de mis cosas.

Te regalaré un atardecer para bailar en sueños,
unidos en besos.

Sólo son cosas mías



viernes, 17 de diciembre de 2010

Recuérdalo

Si no me despierto mañana,
recuerda que la vida se divide en ráfagas,
que nada sabes, y que nada es cierto,
que lo conocido estaba en plena oscuridad
Por si mañana no despierto….
quiero que sepas, que el recuerdo es lo quiero,
que mi vida dependió del deseo.
Que nada busqué.
Que la vida se pierde entre los sueños,
siempre creyendo en lo que se piensa.
Por si no me despierto…
piensa que estoy en el punto de regreso,
que simplemente me paseé mirando las estrellas.
Que puramente nos aliamos en un instante.
Quiero que lo sepas, por si no despierto mañana.
Que lo que era presente se ha convertido en alborada.
Que yo que era nada, hoy me he convertido en pasado,
que ya es demasiado tarde,
que nos buscamos, que nos echamos andar por el precipicio de septiembre.
Por si no me despierto mañana…
recuerda mis pasos algo distantes,
tus manos, que embellecieron mi después.
Recuérdame, si mañana no amanezco,
como luna desangrada, cuyo impulso
la hizo yacer en el suelo.
Recuérdame siempre profanando lo sagrado,
en donde vertiste tu deseo.
Quiero que me pienses así, y en aquel momento.
Porque yo no he sido más que una niebla,
porque escribiéndote te siento como al viento,
porque apenas te arrullé…
Si mañana no despierto, recuerda,
que mi cuerpo sintió entre tu sexo,
aunque en ello  nunca se desplegó mi alma.
Recuérdalo, por si mañana no amanezco.

Sólo son cosas mías



martes, 14 de diciembre de 2010

Orilla



Soy una loca en la orilla de la vida,
sin ser más que un pez lento
que naufraga en desperdicios.


Por estrechos senderos voy pasando la vida,
y al cielo saludo preguntando ¿me reconoces?
¿Recuerdas a la pequeña marchita?
Voces cargadas de miedo me atormentan.
Torrente de días vividos.
Con el pulgar señalo al enemigo,
y clavo mis ojos en el pasado,
implorando al presente, aquí y ahora,
sintiéndome clavo al lado de la muerte.
Elevo el vuelo por el pecado, surcando
los placeres más horrendos en sus orillas
muy juntas… muy transparentes.
Elástica resonancia de lo prohibido.
Flota en el aire olor a sándalo
para purificar mi vientre.
Como mariposa me bamboleo al lado de la gente
Beso desde barandillas como una libélula,
buscando “algo” escondido en el polvo del suelo.



Sólo son cosas mías