Me voy convenciendo de que tengo que enfrentarme al mundo con mi propia mirada, que a cada paso va cambiando, hasta que pueda lograr mi sitio adecuado.
La vida arrastra al olvido.
Las cerezas ya no son coloradas, ni vive en mi cerezo mi hada madrina, sólo hay en él hormigas.
La nave blanca que esperaba se hundió en el mar, y el caballero alado de ojos azules
se perdió entre las palomas.
Las escenas de cuentos y películas se las comió el lobo.
Las olas ya no besan la arena.
Los días se van borrando por las pisadas.
Las rosas tienen manchas doradas...
También sé que es imposible describir un sentimiento ¿como podría hacerlo si no sé describir un color…?
El pasado se va destruyendo.
Las teorías se van al olvido y sólo quedan incontrolables arrugas sedientas de suposiciones y discursos programados.
Sólo son cosas mías