Una sombra ha nublado tu cara,
solapada, va derrumbando tu alma.
La fatiga y la angustia te abrazan.
Ella te viste por las mañanas,
te va amordazando.
Déjala partir de tu lado, y
corre por el viento a mis brazos.
No dejes que te devore.
Que no se beba tu vida.
Deja partir esa ausencia,
y que baile la luz de tu sonrisa.
Insiste e insiste…
que no mate tus palabras.
Acaricia lo vivido,
y enamórate del viento,
sin permitir ese dolor a la vida,
que no es más que una,
tormenta a destiempo.
Sólo son cosas mías