¿Quién me mandará ahora rosas rojas cada mañana?
Sabrás que una mujer te ha amado, una mujer que nunca has conocido. Por última vez voy a hablarte:
- Te he amado más ardientemente que nadie. He esperado tu llamada y nunca me has llamado. Cuanto sucedió fue bueno a pesar todo. Te estaré agradecida mientras me quede un soplo de vida. Sé que nunca lo comprenderás plenamente lo mucho que te he amado.
-Sigo viviendo en tu recuerdo.
Te pido un favor- Regresa a aquel lugar una vez al año, pisa la misma tierra en donde hemos pisado.
-Allí casi nada ha cambiado
-Yo soy la amante invisible, ardiente e inmaterial que vive de tu recuerdo.
Cuando regreso, revivo en la locura que te alejó de mí para siempre; flotan tus labios sobre los míos, me tomas en tus brazos y permanezco contigo toda una tarde inolvidable.
- Soy la mujer que tú has olvidado. Soy aquella que acarició tu mano
¿Quien era yo junto a ti aquella tarde? ¿Era una mujer enamora, una desconocida…?
Era ya tarde, nos despedimos de una forma extraña.
- No volviste a besarme.
Con el pelo desordenado, ante el espejo, te vi a través de él
– al verte cubrí mi cara de la vergüenza y de horror, apenas pude contener el llanto; tuve que hacer un gran esfuerzo para no gritar y abofetearme. Me habías pagado el momento que pase a tu lado,
-rápidamente me baje del coche, recogí las tres rosas, deseaba escapar lo antes posible; mi vergüenza era demasiado grande.
Corría por la calle, en aquel momento comprendí de la vida más que en todo lo aprendido en mi recorrido hasta aquella tarde.
Alguien me mira; sin importarme, abrí mi mano cerrada con rabia dentro de una papelera y deposite en ella las tres rosas, con las que me pagaste una tarde.
Sólo son cosas mías…
Sabrás que una mujer te ha amado, una mujer que nunca has conocido. Por última vez voy a hablarte:
- Te he amado más ardientemente que nadie. He esperado tu llamada y nunca me has llamado. Cuanto sucedió fue bueno a pesar todo. Te estaré agradecida mientras me quede un soplo de vida. Sé que nunca lo comprenderás plenamente lo mucho que te he amado.
-Sigo viviendo en tu recuerdo.
Te pido un favor- Regresa a aquel lugar una vez al año, pisa la misma tierra en donde hemos pisado.
-Allí casi nada ha cambiado
-Yo soy la amante invisible, ardiente e inmaterial que vive de tu recuerdo.
Cuando regreso, revivo en la locura que te alejó de mí para siempre; flotan tus labios sobre los míos, me tomas en tus brazos y permanezco contigo toda una tarde inolvidable.
- Soy la mujer que tú has olvidado. Soy aquella que acarició tu mano
¿Quien era yo junto a ti aquella tarde? ¿Era una mujer enamora, una desconocida…?
Era ya tarde, nos despedimos de una forma extraña.
- No volviste a besarme.
Con el pelo desordenado, ante el espejo, te vi a través de él
– al verte cubrí mi cara de la vergüenza y de horror, apenas pude contener el llanto; tuve que hacer un gran esfuerzo para no gritar y abofetearme. Me habías pagado el momento que pase a tu lado,
-rápidamente me baje del coche, recogí las tres rosas, deseaba escapar lo antes posible; mi vergüenza era demasiado grande.
Corría por la calle, en aquel momento comprendí de la vida más que en todo lo aprendido en mi recorrido hasta aquella tarde.
Alguien me mira; sin importarme, abrí mi mano cerrada con rabia dentro de una papelera y deposite en ella las tres rosas, con las que me pagaste una tarde.
Sólo son cosas mías…
8 comentarios:
hay mucho en tu post de lo que estoy viviendo
un beso
s
buscate alguien que se muera por tus huesos
no vivas de cartas que al final las `palabras no llegan
suerte
no sufres siemrpe amas
el piano huérfano:
Escribir Un drama no implica necesariamente sufrirlo.
¿Qué sentido tendría un texto si no provocara, en el mejor de los casos, incómodos interrogantes?
"escribir drama no es reproducir la realidad, sino crearla"
Un saludo y gracias por pasar.
"escribir drama no es reproducir la realidad, sino crearla"
perfecto...
Un relato que transmite intensas emociones, muy bien logrado.
Esa mujer que sufre y ama a la vez, que evoca recuerdos con dolor y cariño. Quién no se ha sentido así alguna vez?
Feliz domingo muxica, biquiños.
Ahí me he visto yo también. Con esas mismas palabras, con los mismos tortuosos sentimientos. Besos.
Realidad o no, lo que si es cierto es que tus escritos se leen y se releen y cada vez gustan más.
Abrazos.
me encanto el relato... conociendome no hubiese tirado las rosas a la papelera me hubiese torturado con su presencia hasta que se marchitasen.
un abrazo grande.
Publicar un comentario