sábado, 27 de abril de 2013

Que duele el aliento

Hay días que aturden el alma,
que aprietan como cuerdas muy prietas.
Hay días que sólo la muerte sería consuelo.
Los hay sin secretos, que el cielo no existe,
que duele el aliento!
Hay días sin brisa ni afectos.
Que sólo la soledad es consuelo.
Hay horas que no existen los besos,
que la compañía entristece!
Hay horas mejor sin amores...
Hay momentos sin puerta a la lágrima
que lavan el alma putrefacta de mierda...
Sólo son cosas mías

jueves, 25 de abril de 2013

El amor es mujer

Aquí paro mí tiempo de palabras,
donde dejé  mi sangre.
Al no poder atravesar esta ventana
cierro los brazos.
Colgada de un beso, soy feliz,
porque no cambió nada.
Porque el amor es mujer
y da tregua.
Me voy de puntillas
recordando aquel día
en que sepultamos las rosas
desperdiciando semillas
en tierra infértil.
¡Que inútiles fueron mis pechos tibios!
bajo aquel árbol ardiente
Detengo  aquel atadercer,
para no morir de tristeza
por la flor que se marchita.
Al tocar la muerte con los dedos
aprendo a mirarme a mi misma
y  lo que me rodea.
a vivir el pasado, aprender,
añorando  aquel sitio,
del brazo de un hombre
con su palabra en la mano
por el sendero amarillo.
Y sigo adelante mientras
sentada en la piedra
veo correr el rió,
y caer la tarde.
 
Sólo son cosas mías
 
 


domingo, 7 de abril de 2013

Yo no sé de olvido


Sigo buscándote, rastreando el pasado.
Vale que no he sido lo que yo he sentido.
Pero...no vale lo que tú has vivido.
¡Yo no sé de olvido...
Yo escribo a un vivo!
No es amor, es algo parecido.
Acontecimiento lejano que inmoviliza el paisaje
que estalla en música, alterando la atmosfera,
convocando la lluvia.
Sellamos una tarde serena.
La vida estaba toda allí, y no en otra parte.
Tenia nombre de canción...
Fue un instante sin fin
Carecía de ayer, carecía de mañana...
Sólo atardecía   a la ladera del río.
Rodeaste de alambres aquel día
Hiciste correr sangre en lo que sentía
Y sin embargo, contrariamente, fuiste para mí, la máxima libertad que me ha sido concedida.
En una tarde de agosto nos quisimos.
 La puesta sol y los pinos, pararon el tiempo contigo
No pudimos oponernos a la vida.
Gozamos de las mismas notas,
miramos el fuego en el horizonte que explotó en nuestros cuerpos
No sobrevivimos, renacimos...
Los años han ido pasando y sin embargo, ya ves, sigo recordando
Estás siempre en el agua de aquel rio.
Sólo son cosas mías